viernes, 8 de febrero de 2013

Ben Affleck en Argo: el heredero de la tradición de los 70

Ben Affleck es el heredero de una tradición norteamericana, la de aquellos realizadores que en los 70 fueron capaces de conjugar el entretenimeinto (ese final Made in Hollywood) con una mirada crítica a la realidad sociedad, revitalizando géneros como el policíaco o el thriller empresaria o político. 
Continuador de los Sidney Lumet, Alan Pakula, John Frankenheimer... el último clásico, aunque Clint Eastwood aún esté en activo, desde su primera película (y para mí aún no superada) Adiós, pequeña, adiós (Gone, baby, gone, 2007) hasta la aclamada Argo: candidata a siete Oscar (película y actor secundario, pero no director): thriller político basado en hechos reales, farsa, drama... en esta indecisión de géneros radican las mayores críticas al Argo de Ben Affleck, aunque para mí no las merece. Es cierto que en ninguna de ellas consigue agarrarte del todo pero sí las mezcla bien. La otra crítica: la de la historia entre Affleck y su hijo sí chirría. En un prólogo conciso (para nada exento de críticas a la política norteamericana en Irán y el resto de Oriente) narra la crisis de los rehenes estadounidenses en Irán en 1979 y un episodio secundario y que se conoció completamente cuando se desclasificaron los papeles (el embajador canadiense ha muerto recientemente; el espía que interpreta Ben Affleck considera la película ajustada a la realidad): unos norteamericanos huyeron de la Embajada y se refugiaron en la casa del embajador canadiense. Consiguieron escapar de Irán fingiendo ser técnicos de una película extraterrestre (Irán va a rodar su visión de lo que ocurrió).
Affleck al que detestó como actor sabe rodarse y dirigir buenos actores, no solo el nominado Alan Arkin, y hace un uso inteligente del montaje paralelo en el tramo final de la película hasta lograr un climax de esos en los que el público aplaude al terminar la función.
Inferior a mi entender a Gone, baby, gone; superior a The Town, Argo aún no es una obra maestra. Pero un día, no tardará mucho, en que realizará esa obra maestra y, despues de esa, vendrán muchas más.




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1 comentarios:

Luis Zarco dijo...

Supongo que el hecho de ser basado en hechos reales tiene sus limitaciones, pero el final me dejó un poco corto...