miércoles, 24 de octubre de 2012

Extraterrestre: ¿una película que no encontró su público en los cines?

Si por algo apostaba tras ver Extraterrestre en Sitges era por lo de taquillazo seguro. Por cómo aplaudía el público en el festival (vale, era un festival, y aplaudíamos hasta los patrocinios en los títulos de crédito) y por la publicidad que del film se hacía en las redes sociales y por actores cómicos televisivos -yo no conocía a ninguno, salvo a Julián Villagrán, no como actor, por un Primavera Sound que estuvo con mis amigos, pero no lo reconocí en la película hasta que me lo dijo Fran: "es el colega que se echó el Juanfrán".
A la manera de un nuevo Airbag o Torrente, aunque en tiempo de descargas ilegales. Pero pasó Extraterrestre por la cartelera con más pena que gloria. Y muchos nos preguntamos si erró Vigalondo, su director, de estrategia al no adelantarse a Paco León que estrenó su película en la Red. ¿Los que disfrutamos de Extraterrestre somos un público que prefiere quedarse en casa en el sofá viéndola antes que acudir a los centros comerciales como el público de Lo Imposible: con las palomitas, el canu, lo que sea en la mano?
Ya nunca sabremos qué hubiera ocurrido de estrenarla en Internet (hace unas semanas en twitter, mientras la proyectaban, Vigalondo fue explicando escena a escena cómo la rodó, qué pretendía, curiosidades... una forma de dar más al espectador) y, como no la he vuelto a ver, tampoco sé si el entusiasmo de mi primer festival influyó en mi entusiasmo por Extraterrestre. La recuerdo menos rarita que la anterior: Los cronocrímenes, al igual que su opera prima con pocos actores y apenas escenarios -Vigalondo demuestra un gran dominio del rodar en un espacio reducido: la casa donde se despiertan los protagonistas tras una noche de sexo y alcohol: ese despertar sin acordarse de una noche, paradoja, que quisieras olvidar se sitúa entre los mejores comienzos de una comedia española, con unos gags en su mayoría logrados y un nada disimulado homenaje a Casablanca, con una de las canciones más bellas que he escuchado: All my little words de The Magnetic Fields. Invasión extraterrestre o simple Mcguffin, en tiempos de películas del apocalipsis (aunque la única otra comedia que recuerdo es Seeking a friend for the end of the world, aún no estrenada en España), apuesta por la comedia romántica más que por la ciencia ficción. La única pega: la necesidad que tiene de enlazar un gag cómico y/o brillante con otro en algunos momentos puede resultar excesiva: Vigalondo a veces parece demostrar en cada plano que es el más brillante de la clase. 
Ni el fracaso que fue en taquilla ni lo buena que a mí me pareció: tal vez habría que situarla en un punto medio entre los dos extremos.

All my little words, con imágenes de Extraterrestre




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