martes, 20 de diciembre de 2011

La contracultura a través de los tiempos, de Ken Goffman

"La contracultura es la cresta en movimiento de una ola, una zona de incertidumbre donde la cultura se hace cuántica. Tomando prestado el lenguaje del premio Nóbel de Física Ilya Prigonine, la contracultura es el equivalente cultural del "tercer estado termodinámico", la "región no-lineal" en la que el equilibrio y la simetría han dado paso a una complejidad tan intensa que a la vista parece un caos", escribe Timothy Leary en el prólogo de La contracultura a través de los tiempos. De Abraham al acid-house. de Ken Goffman (R. U.Sirius: aquí su movimiento para Presidente, en el movimiento ciberpunk).

Y también (una constante en el libro): "La contracultura puede hallarse en alianzas (a veces incómodas) con grupos políticos radicales e incluso revolucionarios y con fuerzas insurreccionales, y los miembros de las contraculturas y de esos grupos a menudo se solapan. Pero el objetivo de la contracultura es el poder de las ideas, de las imágenes y de la expresión artística, no la adquisición de poder político personal. Así, los partidos políticos minoritarios, alternativos y radicales no son contraculturas en sí mismos".
Ken Goffman realmente no propone en este libro una historia que incluya todo lo que entendemos (o entiende) por contracultura, sino unos episodios (y por su edad y vivencias, muchos años 60), en su mayoría europeos (aunque se incluye el sufismo, el taoísmo, el zen...), tampoco incluye  otras contraculturas minoritarias que no han tenido continuidad.
Lo más interesante del ensayo, me parece, son los primeros capítulos: qué entiende por contracultura, sus características, cultura y contracultura: "cuando la persecución fracasa en la erradicación de una contracultura activa, las culturas dominantes tienden a asimilarla, debilitando, distorsionando o a veces invirtiendo sutilmente sus memes, despojándolos de su poder subversivo". (aun mejor, el publicado por Alpha Decay La conquista de lo cool), contraculturas y subculturas, contracultura y política.
Las contracultura adopta tres formas en sus características básica: "Las contraculturas conceden la primacía a la individualidad por encima de las convenciones sociales y de las restricciones gubernamentales. Las contraculturas desafían el autoritarismo tanto en sus formas obvias como las sutiles. Las contraculturas están a favor del cambio individual y social". Otras características de la contracultura serían: "Rupturas e innovaciones radicales en el arte, la ciencia, la espiritualidad, la filosofía y el vivir. Diversidad. Contacto interpersonal auténtico, profundo y de comunicación abierta. Persecución de las subculturas contemporáneas por la cultura dominante. Exilio y marginación".
Una parada en dos mitos, Prometeo (el mayor entre los contraculturales, aunque hay quien se define antiprometeico -la bomba de Hiroshima, las catástrofes ecológicos, feministas que ven en Frankenstein la respuestas de Mary Shelley al Prometeo de su marido...) y Abraham, cuando de joven se burló de los dioses de la ciudad de su padre y partió al exilio...
Y ya la Historia propiamente dicha: Sócrates y la contradicción aparente de un contracultural elitista. Muchos contraculturales en la Historia, muchos movimientos abogan por un actitud alejada del mundo y una búsqueda interior que les lleva a "colaborar" con el poder o a no oponerse (taoístas, sufismo, los músicos, hedonistas de los setenta...). Taoísmo y sufismo, como hemos indicado, pero también los trovadores, Emerson, Thoreau..., la Ilustración en Norteamérica y Europa, la Generación Perdida, cubismo, dadaísmo y sufismo, los movimientos pro derechos civiles, pro ácido, pacifistas de los 60, el glam rock, el punk, la música de baile y ya, entre finales de los 80 y los 90 todas las culturas que critican el nuevo mundo tecnológico o encuentran en él el camino del hombre: "Bill Gates y su banda tenían un aspecto tan desaliñado y joven y distinto de los quinientos empresarios más ricos. Pelo largo, barba, ropa informal vieja... aquella gente parecía que acababa de bajar de un viaje de ácido de diez años". David Bunnell, Mondo 2000 (1989). Aunque todos sabemos que el ideal contrario al que practicó Bill Gates fue el de la información libre y sin coste...
Divertido con sus muchas anécdotas, con un aprecio por algunos héroes de la contracultura pero sin evitar exponer lo ridículas que sonaban muchas propuestas ni tampoco dejar de señalar la deriva autoritaria que se dio en algunos de los movimientos. 
En los 60, por ejemplo, reacción-acción que dejó a muchos preparados para ese largo aterrizaje-resaca hasta Reagan, que fueron los setenta, pero donde se produjo una liberación sexual aún mayor -por lo menos entre las mujeres y los gays-, la entrada de drogas más duras como la heroína y la coca, esa eterna fiesta de Warhol, Lou Reed y compañía, el punk neoyorkino de Los Ramones y New York Dolls que llegó hasta Inglaterra con una furia, una rabia que no existían en el norteamericano...


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