lunes, 25 de abril de 2011

Montanelli y el revisionismo español



“Pero fue precisamente esa inmovilidad la que permitió a Franco ser el amo durante casi cuarenta años, para luego volver a entregarla – y esa fue su obra maestra- a una monarquía constitucional, y, por lo tanto, democrática, de la que él mismo había cuidado al sucesor. Ciertamente, a los españoles les fastidia tener que reconocer que le deben algo a Franco. Pero no pueden dejar de hacerlo”.

Montanelli, liberal, conservador, burgués, escéptico con la democracia… Este comentario en sus Memorias: entrevistó a Franco dos veces, ha servido a casi todos los historiadores revisionistas españoles y es asimismo el argumento que sostuvieron los tecnócratas del Opus como López Rodó. Incluso los no franquistas aceptan esta seudoteoría tipo “los renglones torcidos de Dios”: los acuerdos con Estados Unidos (nuestras bases), el Concordato, las suecas con poca ropa y el españolito con la boina en Alemania o Suiza… todo parte de un plan maestro de Franco que, sin embargo, no esperaba más evolución de su Régimen tras el 66.
Pero, sorpresa, lo único que quería el Generalísimo era que los españoles gradualmente nos convirtiéramos en demócratas como él.
En los acuerdos con Estados Unidos, como escribe recientemente Charles T. Powell, la mejora económica de los españoles no se planteó, o solo secundariamente. La llegada al poder de los opusdeístas tuvo más que ver con que rezaban con Carrero que con un plan del Régimen; el Concordato funcionó hasta que el Vaticano II dejó a la jerarquía eclesiástica española con los pantalones bajados y surgieron curitas obreros en Vallecas y proetarras en el País Vasco. Si el español que emigró volvió con lecturas, con costumbres relajadas, no hay que olvidar que se fue por hambre: no se trataba de ningún Erasmus becado por el Generalísimo. Y si la oposición no hubiera jugado un papel cada vez más creciente (aunque las huelgas fueron más económicas que ideológicas) España se hubiera convertido, tras la muerte, en un PRI de derechas.
Pero las librerías de Murcia se llenan con puretas de derechas que sueltan su mala baba (la izquierda les ha sobrepasado, directamente trae momias como Hessel), monopolizan todos los escaparates… Pero esto no es bueno ni malo: hay épocas en que uno esnifa popen y en otras se droga con Vidales, Esparzas y compañías…. Lo peor es que el argumento Montanelli para Franco lo han asumido muchos europeos, y norteamericanos, para Cuba o China: cuando mejore la economía se abrirá la Dictadura. Como Cuba tarde tanto en abrirse como China, nuestros hijos conocerán a los grupies de Hemingway, el careto del Che y la momia de Fidel/Lenin.
De la dictadura a la democracia en tres pasos, nos quieren hacer creer.
PD. Montanelli es el periodista más divertido del siglo XX (en España, aunque de lejos, Julio Camba es lo más próximo), además del que ha vivido más intensamente: luchó en Abisinia con Kipling bajo el brazo, de periodista en España durante la Guerra Civil, en la II Guerra Mundial en varios frentes, conoció a Churchill y De Gaulle, a innumerables estrellas de cine, mucho antes, condenado a muerte junto al General Della Rovere, escribió el cuento que filmaría Rossellini, sufrió un atentado de las Brigadas Rojas… Escéptico de Italia, no era fascista pero no creía que sus compatriotas se mereciera mucho más… y como los españoles veía la salvación en Europa. Sus memorias está bien. Pero Gentes del siglo es una obra maestra y la entrevistas con Rossellini, Ben Gurion o Dalí (al que deja fatal) una gozada.
Votar esta anotación en Bitácoras.com

0 comentarios: