martes, 15 de marzo de 2011

Clueless, fuera de onda, la película más representativa de los 90


Entre las películas que devorábamos en los 90, aún brilla por encima de todas Clueless, fuera de onda (Amy Heckerling, 1996) en una época que soñábamos ser teenagers norteamericanos (cantaba El Pingüino en mi Ascensor, aunque él hablaba de otra época, la de American Graffiti).
El paso a la madurez de un grupo de american redneck (más Natalie) en Beautiful Girls; la generación "centro comercial" de Kevin Smith en Clerks y, sobre todo, Mallrats; el estilo videoclipero de Luhrmann en Romeo y Julieta; esa música que no para de sonar en La verdad sobre perros y gatos; la belleza de Hawke y Delpy en Antes del atardecer, ese Woody Allen de baratijo que fue Edward Burns...
Independientemente de su calidad cinematográfica, estas películas podrían decirnos en un futuro quién esperábamos ser, no lo que éramos: ni pertenecíamos por edad a la Generación X de Bocados de realidad (no creo que tal cosa existiera en Caravaca) ni estábamos colgados del cadáver del yonqui de Kurt Cobain (canción Indie girl, no recuerdo el grupo), algo sí que estábamos pero con el clima murciano no apetece suicidarse (a la hora, las moscas... y adiós a dejar un bonito cadáver).
Clueless sobresale por su frivolidad. La única forma de inteligencia en la que creo. Comparen, por ejemplo, los cínicos personajes masculinos de La importancia de llamarse Ernesto y las frívolas femeninos. Mucho más actuales ellas. Cierto que podríamos distinguir entre una apariencia de frivolidad (que oculta mensaje) y una frivolidad, ingenua, pura. A esta última pertenece Crueless (cuando dona sus esquís a los damnificados por una inundación “porque lo han perdido todo, papá, incluido el material deportivo). Y qué decir del brillante arranque con Alicia Silverstone combinando en una computadora su ropa y, al fondo, un ropero y un zapatero enormes.
Además, si necesitan coartada literaria: Cher/Alicia Silverstone es Emma Woodhouse (Emma de Jane Austen); convirtiéndose así en la mejor adaptación de un clásico en institutos (todo un subgénero: desde 10 razones para odiarte hasta Ella es el chico). Alicia/Emma, una sabihonda que decide “arreglar” la vida de una desconocida (la escena de la desconocida, ahora amiga, que le cuenta el enamoramiento del hermanastro de Alicia); la relación con el padre; el hermanastro (no son hermanos carnales) que la riñe y ella le critica.
A parte del carácter profético de Clueless, fuera de onda, es decir, qué será in en unos años: era in tener un amigo gay (por supuesto, ideal para ir de compras), que pertenezcan al grupo una pareja de amigos negros (nada de relaciones interraciales); el instituto compartimentado en grupos donde los fumetas son el escalón más bajo, el chiste del móvil (Amy Heckerling lo repetiría en Un perdedor con suerte, donde juntó a Jason Biggs y Mena Suvari)…
Y qué decir del trío protagonista: Alicia Silverstone (a la que deberían ofrecer un reality con Kirk Cameron, generación anterior, y Steve Urkel, ni idea la edad); la fallecida Brittany Murphy y Paul Rudd (en constante progreso en su carrera como cómico a pesar de la última de James L. Brooks). Tote, creo, cantaba: “Tu flow está más acabado que Sandra Bullock”, teniendo en cuenta que un año más tarde la actriz ganó el Oscar, tal vez necesite algo así Alicia.

PD. Este 2011 volvió Amy Heckerling con Alicia Silverstone en una película vampírica, si añade al elenco a Liv Tyler y banda sonora de Aerosmith tendremos película para definir la segunda década del XXI. Aquí una crítica mía de Vamps, como pueden imaginarse no fue la película para una década.
PD2. En 2011 regresan Wes Craven/Kevin Williamson (adoramos a la Michelle Williams de ahora y a la Katie Holmes de Dawson Crece) con Scream IV. Hay que recordar que el primer Scream se estrenó, como Crueless, en 1996. Pero mientras Alicia Silverstone nos traía el futuro; Neve Campbell nos traía todo el cine ochentero. Pero en el año 1996 se realizaron las dos obras claves de los 90: Scream y Clueless. Exceptuando Azul de Kieslowski (1993), pero cómo comparar un polaco que no tiene otra cosa que criar ratones en sus películas con Alicia y Neve. Por Dios.

Clueless, reencuentro



Trailer



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